martes, 30 de diciembre de 2014

EL CAMINO 2014 DE UN BARCELONA VICECAMPEÓN


Especial de fin de año del equipo Ídolo del Ecuador 

LA NOCHE AMARILLA DEL 19 DE ENERO: BARCELONA EMPATÓ 0X0 CON U. CÉSAR VALLEJO DE PERÚ

El año del vicecampeón, Barcelona no podría catalogárselo como malo si tomamos en cuenta que llegó a un segundo lugar al final del torneo luego de seis meses pobrísimos en los que terminó en cuarto puesto, a 9 del puntero en la primera etapa, Emelec. Y pobrísimos toca decir porque como cada año, Barcelona se reforzó con buenos jugadores, de los mejores del mercado ecuatoriano pero ni el nuevo DT, el argentino Carlos Ischia, ni los nuevos fichajes dieron resultados en lo individual ni en lo colectivo.


CARLOS ISCHIA, DT DE BARCELONA EN EL
PRIMER SEMESTRE DEL AÑO
A Ischia, que salió campeón con Deportivo Quito en 2011 pero que había tenido malos antecedentes  conduciendo previamente a Racing de Argentina, le quedó grande el equipo ídolo. El año pasado Barcelona terminó quinto en la tabla acumulada con un modesto juego del DT Luis Soler, que finalmente no continuaría, y contrario a mostrar una mejoría, el cuadro canario se mantuvo en puestos de mitad de tabla para abajo: mismo que pasaba con el bajo rendimiento de los jugadores y equipo.

Perdió los dos Clásicos del Astillero de la temporada con Emelec, demostrando ser un equipo con poca idea de lo que quería proponer en cancha, inofensivo en propuesta de ataque, que podía ganar algún partido pero si lo hacía lo iba a hacer por mínimas diferencias y sin sobrarle nada. Generaba escazas ocasiones de gol ante rivales que por ser visitantes y tener menor plantel, solo se defendían, pero a Barcelona le faltaba un entrenador que buscaran maneras de romper los cerrojos defensivos de los rivales. 

Siempre ganaba 1x0, 2x1 y de último minuto, sufriendo y más por individualidades de sus jugadores o alguna inspiración producto del coraje y amor propio. Perdió como visitante con equipos que de futbolista a futbolista era más pero no lo demostraba porque en la cancha no era superior: cayó con un Deportivo Quito pobre económicamente, con un El Nacional que tenía escasos elementos de renombre, con Liga de Loja que al contrario de la temporada anterior no peleó por primeros lugares sino de mitad de tabla hacia abajo, etc. Cogió un aire de esperanza entre la fecha 12 y 16 sumando 10 de 12 puntos pero al margen de eso, había que analizar a qué y cómo jugaba Barcelona, para justificar que los toreros volvieran a tropezar la siguiente fecha frente a Emelec en el Capwell.

Barcelona escaló para subir del décimo primero al quinto lugar pero desde el punto de vista estrictamente futbolístico y no de resultados, hay que decir que Barcelona mostraba poquísimo juego de conjunto, poco trabajo en cada línea como para no evidenciar un entendimiento entre cada jugador, ninguna asociación para llegar con profundidad al arco contrario, intenciones  como jugadas elaboradas que no eran tal porque se desperdiciaban: no se sabía a lo que se jugaba. El elenco torero hacía partidos más peleados que jugados, de mucho roce físico y trabados contra sus rivales, le costaba arrinconar a sus adversarios en condición de local. Con la mayoría que se venían a defender a Guayaquil disponía de la pelota pero no se veían jugadas mecanizadas en entrenamientos y que dieran resultados: ese toque que al final se hace intrascendente si no sabes cómo llegar con claridad a la otra portería. Contra rivales de propuesta ofensiva en cualquier cancha como Emelec, Independiente o Católica, Barcelona la pasaba peor: se veía sin pelota y muy preocupado para defender.

LOS GOLES DE ÚLTIMO MINUTO QUE SALVABAN
A LOS TOREROS EN LA PRIMERA ETAPA
Los toreros disponían de mayor tiempo la pelota en su poder pero no creaban acciones bien logradas, no había precisión ni velocidad para tocar y avanzar, el traslado del balón era lento y más fácil de marcar a los jugadores que algo querían intentar en acciones individuales. Como visitante, los barcelonistas se defendían mucho y bien pero al momento de proponer y buscar un triunfo se les hacía muy difícil establecer una propuesta ofensiva. Federico Nieto entre lesiones marcaba uno que otro gol, Matías Oyola con garra de capitán hacía lo que podía para levantar al resto, Luis Caicedo también al ingresar al cambio salvaba partidos y el individualismo de Cristian Penilla, el más desequilibrante y mejor elemento de Barcelona en el primer semestre, hicieron que el elenco más popular del país repuntará en algo.

Goles de Caicedo y Penilla salvaron a Carlos Ischia, estratega muy criticado por la prensa especializada que en las ruedas de prensa lo condenaba y le exigía: ¿Cuándo veremos jugar mejor a Barcelona? Y él se escudaba que con el paso del tiempo y los compromisos. Como refuerzos, Barcelona contrató a los delanteros Cristian Suárez que se recuperaba de una lesión y se lo esperaba y a Federico Laurito que terminaría rescindiendo prematuramente su contrato con el club por una lesión de ligamentos. El colombiano Stalin Motta llegó como el enganche que necesitaba Barcelona pero carecía de liderazgo y también de chispa para darle dinámica al juego, cosa que pedía a gritos un equipo que no tenía generación de juego.

No encontró nunca un funcionamiento definido, que sea protagonista y que demuestre superioridad a sus adversarios, por lo que Ischia fue cesado en sus funciones como DT de Barcelona y llegó el entrenador uruguayo Rubén Israel, justo en época post mundial y a trabajar en las jornadas finales de la primera etapa en el plantel luego de la derrota en el Clásico del Astillero de la fecha 17. Decíamos por esas fechas que el trabajo y lograr una verdadera cohesión entre las piezas harían de Barcelona, al menos, un buen equipo y que pueda dar lucha en el torneo y esto se terminó dando.

Israel comenzó su andadura en Barcelona el domingo 6 de julio de 2014, cuando su elenco derrotó 2x1 a El Nacional en condición de local con anotación de Ely Esterilla y Aaron Peñafiel. Esterilla, delantero veloz y que ganaba en los duelos uno contra uno por las bandas, se convirtió en un jugador valioso para Barcelona al término de la primera etapa, tanto que se asimiló al desequilibrio que tenía Penilla. Israel llegó a probar jugadores, incluso al juvenil que venía siendo Jasson Domínguez como lateral izquierdo y lo sustituyó por Peñafiel, a Esterilla por Penilla, el argentino Franco Peppino por un regular como Luis Checa, Flavio Caicedo por Oyola, en fin le dio confianza a Stalin Motta, Luis Saritama, quienes luego no seguirían pero quería observarlos y sacar conclusiones de que servía y que no en el equipo.

RUBÉN ISRAEL, EL ENTRENDOR CONDUJO A LOS
CANARIOS A LAS FINALES DEL CAMPEONATO
Saritama actuó luego en Quito contra Liga, volvió a tener minutos luego de ser suplente en toda la era Ischia y al hacerse expulsar a los 15 minutos de iniciado el partido, no volvió a ser considerado en el rol titular y en muchas ocasiones ni entre los concentrados. Barcelona goleó a Liga de Loja 4x0 y a Manta 3x1 ilusionando a su hinchada para arrancar una segunda etapa con la intención de ganarla y disputar finales a fin de año contra Emelec. La primera parada del segundo semestre fue en contra para los toreros porque fue empate 0x0 ante U. Católica, un equipo siempre peligroso y la segunda presentación fue caída como visitante contra Mushuc Runa, que con dos pelotas paradas y errores incluidos del arquero Banguera y su defensa complicaron las aspiraciones del club.

Barcelona tiene tantos adeptos en hinchada y tanta motivación y a la vez presión en sus hombros que de todos lados llegó la motivación y también una combinación de resultados importante, para que escalara a la punta luego de cuatro victorias consecutivas. Por individualidades de Esterilla, de un recuperado Cristian Suárez que empezó a marcar goles y a enviar centros y pases de gol y también del goleador en que se convirtió el argentino Ismael Blanco, el cuadro amarillo se subió al primer lugar producto de un juego en su mayoría defensivo pero práctico y hasta de mucha fortuna en ataque. Jugó Copa Sudamericana sí, pero después de eliminar a Alianza Lima de Perú, cayó eliminado con Libertad en segunda fase y todas sus miradas se pusieron en el torneo nacional, cosa que Independiente también hizo pero Emelec no pudo por seguir en competición.

Fueron tres victorias al hilo contra rivales a los que no se les ganó en la primera etapa pero ahora fue diferente. De local se complicaba más con adversarios que se defendían pero con el oportunismo de Blanco y los arranques de Suárez todo se solucionaba mientras que como visitante, los ataques eran mínimos, no más de tres o cuatro por partido pero se aprovechaban en un alto porcentaje para ganar y que alcanzara para sumar de a tres. No se necesitaba una sucesión de toques para llegar al gol sino tener rápida recuperación de balón en el mediocampo y tomar mal parado al contrario para aprovechar al máximo su desatención defensiva y por supuesto, ser letal a la hora de definir.

Esas eran las virtudes del Barcelona de Israel que empezaba a ganar con mayor tranquilidad con el correr de los choques, cogía confianza pero Independiente lo frenaría. Mejoró su rendimiento además la zaga con la consolidación del argentino Franco Peppino, poco utilizado en la primera etapa. En contrapartida a esto, el hondureño Mario Martínez aportó poco y nada al colectivo del conjunto en esta etapa, era un elemento que no gravitaba en el terreno de juego mientras que Aaron Peñafiel como juvenil no dio la talla y le hacía mucha falta un jugador que ocupe esa plaza por condiciones más no por obligación: se lesionó el lateral zurdo Jasson Domínguez y eso perjudicó.

Independiente del Valle lo frenaría, porque ya tenía una estructura compacta de años de trabajo con Pablo Repetto como DT y con un cuartero ofensivo que no pudo detener Barcelona: Jonathan González, Fernando Guerrero, Junior Sornoza y Daniel Angulo. En general, todo Independiente es un equipo que corre mucho en cada partido, presiona la salida del rival y te ataca tanto de local como de visitante. Barcelona lo sufrió porque no pudo estar claro en defensa, cometió errores en ese sector e incluso un penal por golpe de José Luis Perlaza a Sornoza y ganó la habilidad de los del Valle que si tuvieron varias ocasiones de gol y marcaron un 4x1 que las casi nulas oportunidades que propiciaron los canarios en el trámite del juego.

ISMAEL BLANCO, EL GOLEADOR DE BARCELONA
EN ESTE AÑO: CON SUS GOLES TRIUNFABAN LOS AMARILLOS
Pero Barcelona seguía en la suya, tomando vuelo porque le ganó en partidos de ida y vuelta a El Nacional, con la racha de su goleador Ismael Blanco que eludía a los arqueros y marcaba y hasta remates de larga distancia le resultaban goles; también sumaban Ely Esterilla y Cristian Suárez para aportar en tantos a balón detenido: jugadas que aprovechó al máximo el cuerpo técnico de Israel y que no logró consumar el de Ischia. Los elementos barcelonistas las aprovecharon para ganar partidos cerrados que se le vendrían jugando en casa. Otras victorias fueron así: 1x0 a Olmedo y a U. Católica (tiro de esquina), 1x0 a Emelec y Liga de Loja (de contragolpe), 1x0 a Deportivo Quito (rebote que marcó Blanco).

De esta manera minuciosa pero verdaderamente efectiva se puede colegir que Barcelona aprovechó errores, pelotas paradas, individualidades de sus delanteros y en otros cotejos, como el penúltimo partido contra Mushuc Runa (3x0), supo ganarlos abriendo rápido el marcador y en veloces ataques definirlos. Perdió el otro partido contra Independiente en Sangolquí, que lo empezó ganando con conquista de Peñafiel pero que expulsiones de los arqueros Banguera y Lanza, le permitieron tener mucha ventaja a los del Valle para vencer 2x1. Ese día atajó Blanco y falló un penal Matías Oyola. Independiente sacó una ventaja de siete puntos que parecía inalcanzable pero el mismo equipo de Repetto, perdiendo cuatro partidos seguidos, se encargó de que la diferencia alcanzada se esfumara y la aprovechara Barcelona.

Barcelona ganó todo lo que se le puso en frente luego, teniendo en medio incluso un empate 2x2 en el Monumental con Deportivo Cuenca, resultado de lo más injusto porque allí sí generó más de 10 opciones de gol, tejidas en conjunto pero el que definió de manera más certera fue el conjunto morlaco. Aún con ese empate, le sirvieron los otros puntos que sumó y la caída de Emelec por cansancio de pelear hasta cuartos de final la Copa Sudamericana, para ganar la segunda etapa tras vencer 1x0 a la U. Católica en la capital con cabezazo del lateral Pedro Velasco.

Ya en las finales, el planteamiento más inteligente fue del DT de Emelec, Gustavo Quinteros y Barcelona se mostró como el equipo real que era y que algunos no veían por tan buenos resultados que obtuvo en la segunda etapa: sumó 48 puntos y era sólido en defensa y eficaz en ataque pero esto último en consecuencia de errores del contrario más que por virtudes propias. Emelec fue más cauto que en otros Clásicos del Astillero en los que sale a buscar los goles desde el primer minuto y se descuidaba atrás, cosa que Barcelona sacó réditos de todos sus adversarios para marcar la mayor parte de sus 33 goles.

Emelec no cometió errores defensivos que pudieran ser capitalizados por Blanco, que siempre estuvo al acecho pero la fortuna tampoco le jugó a favor esta vez para anotar. Barcelona tomó un rival bien parado atrás al que era difícil penetrar porque jugaba a su estilo, defender bien y si atacar pero por la vía del contragolpe. De esta manera, solo quedaba el recurso de la pelota parada, que el Ídolo no aprovechó porque Emelec estuvo bien aplicado. Faltó crear llegadas de gol pero el rival de toda la vida corría mucho e impedía toda intención ofensiva. Blanco salvó el partido al final, en un descuido de Emelec que terminó en centro y en su cabezazo para marcar un 1x1 cuando la victoria del Monumental se la llevaba el campeón.

LAS FINALES DE CAMPEONATO ENTRE
BARCELONISTAS Y EMELECISTAS
En la final de vuelta en el Capwell y donde terminaba el año futbolístico en Ecuador por el 2014, Barcelona vio la expulsión tempranera del mediocampista Álex Bolaños a los 10 minutos y todo empezó a ponerse cuesta arriba. El partido no tenía dominador y los amarillos lo peleaban hasta ese instante, pero luego todo fue de Emelec, el dominio, el mejor rendimiento futbolístico a lo largo del año se demostró en cancha con los goles que fueron llegando. Ante un imponderable que fue la lesión de Cristian Suárez a los 40 minutos y después el 1x0 de Ángel Mena, los equipos se fueron al descanso. El segundo tiempo, los canarios tuvieron garra, corazón, coraje, Blanco remató un par de veces al arco rival pero sin ningún acompañante y extenuados físicamente todos los futbolistas, Emelec jugó a placer y vivió una fiesta goleando 3x0 a Barcelona.

Se podría decir, para finalizar este artículo, que todo jugó en contra de Barcelona en la final de vuelta pero también hay virtud del rival de aprovechar las circunstancias de un partido. Pero más todavía reprocharse por los amarillos que en la final de ida, todas las jugadas preparadas y de contragolpe o el estilo que dispusiera Israel para llegar a este punto, defensivo tras marcar un gol de ventaja, no le resultaron las óptimas para derrotar a Emelec. Esto demostrando que para la próxima temporada, los barcelonistas tendrán que trabajar el doble en armar una estructura ofensiva más explosiva, más de conjunto, de más dinamismo, de más variantes creativas en la zona de volantes y que destaque por un fútbol asociado.


11 TITULAR: Banguera/Lanza; Velasco, Peppino/Perlaza, Checa, Nazareno/Domínguez; A. Bolaños, M. Oyola; Esterilla, Quiñónez/Martínez, Penilla/Suárez; Blanco.

Resto de plantilla: SUPLENTES: Alexander Pinillo, Pablo Saucedo, Flavio Caicedo, Luis Caicedo, Álex Ayoví, Aaron Peñafiel, Brayan de la Torre.

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