OPINIÓN: SIN ENÉRGICAS MEDIDAS, LOS VÁNDALOS PODRÁN MÁS
Este miércoles 26 de octubre, se disputará el primero de los dos Clásicos del Astillero, que deben jugarse en la segunda etapa del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol. Barcelona es líder con 34 puntos y Emelec su escolta con 31 unidades, lo que asegura un “partido de campanillas” para ir dilucidando quién gana la etapa: de Barcelona hacerlo, será campeón directo, y si el objetivo lo logra Emelec, forzará una definición en partidos de ida y vuelta para conocer al nuevo monarca del balompié nacional.
Este miércoles 26 de octubre, se disputará el primero de los dos Clásicos del Astillero, que deben jugarse en la segunda etapa del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol. Barcelona es líder con 34 puntos y Emelec su escolta con 31 unidades, lo que asegura un “partido de campanillas” para ir dilucidando quién gana la etapa: de Barcelona hacerlo, será campeón directo, y si el objetivo lo logra Emelec, forzará una definición en partidos de ida y vuelta para conocer al nuevo monarca del balompié nacional.
Se podría y se
debería hablar de qué equipo ha jugado mejor y es favorito para ganar el
partido más importante en Ecuador, pero la realidad es otra. Se genera
confrontación desde la postura de los dirigentes de Barcelona, cuando en
principio se hablaba de cordialidad con sus pares de Emelec. La dirigencia
eléctrica ha decidido jugar este partido en su remodelado estadio Capwell, pero
sin hinchada visitante por los peligros que genera un partido de alto riesgo
como este.
Barcelona refutó
esta decisión tomada por Emelec, pues según el artículo 242 del reglamento del
Comité Ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), “El club local
está obligado a vender entradas al club visitante si éste lo solicitare, hasta
el diez por ciento del aforo del estadio. Si el club visitante es de la misma
plaza, el porcentaje mínimo a vender, será del veinte por ciento”.
Este punto de vista
es válido dentro de lo reglamentario, pero Emelec argumentó su postura desde el
mismo artículo que en su párrafo final, sostiene que “Sin embargo de lo
previsto en los incisos anteriores la asociación o club local, previa
notificación al Comité Ejecutivo, está en el derecho de no vender entradas a
los aficionados del club visitante, cuando éstos en programaciones anteriores,
hubieren cometido graves desmanes causando destrozos materiales en las
instalaciones del respectivo estadio”.
La decisión de
Emelec, por carta emitida por el presidente Nassib Neme a la FEF, resulta ser
la más salomónica y ecuánime sobre todo para garantizar la seguridad de los
aficionados de ambos bandos en este partido. Y es que Emelec se fija en los
hechos acontecidos el pasado 11 de mayo en el estadio Alberto Spencer, cuándo
se dio una gresca con lanzamiento de sillas entre aficionados de Barcelona y
Emelec. Solo con hinchas de Emelec presentes en su estadio se garantizará qué, ante un
posible mal resultado para los azules, sus seguidores no causen pleitos con
hinchas amarillos y que estos últimos no sufran daños a su integridad pues no
estarán presentes.
José Cevallos,
presidente de Barcelona, manifestó que se debe buscar que las dos hinchadas
estén en el partido, porque “Un clásico del astillero siempre ha sido un
partido de fútbol, una fiesta deportiva entre dos grandes instituciones. Están
tomando una decisión muy fácil. Por un par de mozalbetes no se debe prohibir la
asistencia de la hinchada, se debe tomar responsabilidades y contrarrestar la
violencia”.
Cevallos cree que
las dos hinchadas pueden tener un buen comportamiento en el Clásico del
Astillero y ha dicho que Emelec quiere violentar en reglamento, que está pasando
por encima de todos y debe ser sancionado con la resta de un punto por no dar
boletos a hinchas visitantes (según artículo 224 de reglamento de la FEF). También alega que los dirigentes de Emelec nunca
intervienen en reuniones de la FEF y toman decisiones arbitrarias y de no
aceptar su pedido, “deberán jugar solos”.
Cevallos deja de
lado un sinnúmero de incidentes que sucedieron en partidos anteriores: en 2006
los hinchas de Barcelona destruyeron la Tribuna San Martín con hechos
vandálicos (cabinas de radio e inodoros destruidos, y vidrios y lanzamiento de
bengalas a otros), y al año siguiente un hincha de Emelec fue asesinado por una
bengala que fue lanzada en el estadio de Barcelona. En las finales de
campeonato 2014, se tomó la medida actual de Emelec y no se registraron
problemas; tal vez se limitó a los hinchas que no buscan provocar desmanes,
pero fue por precautelar el bien colectivo.
Cevallos habla de
que el reglamento de la FEF fue expedido en 2007 y que la ley no es
retroactiva, pero más allá de eso, debe considerar la conciencia
que ha tenido el hincha en ocasiones pasadas para llegar a los más importante: garantizar la seguridad
de ambas hinchadas. Se debe considerar
sumado a los antecedentes, que el estadio de Emelec está en remodelación
todavía y en los cinco partidos anteriores disputados en el Capwell, hubo
exceso de los hinchas que ingresaron al estadio. Con esto y la no total y correcta apertura de puertas del escenario deportivo, se puso en riesgo la integridad de
los hinchas de darse un nuevo movimiento telúrico en el país y también se
dieron enfrentamientos entre aficionados por no tener la comodidad necesaria al ver un
partido.
En este caso, solo
había hinchas de Emelec y no se registraron incidentes porque todas las personas
estaban a favor del mismo equipo. Pero más riesgoso sería si se repiten
incidentes entre ambas hinchadas debido a que sin una barra del equipo
contrario, ya se han iniciado minúsculos problemas. El ministro del Interior,
José Serrano, se sumó a la postura de Neme argumentando según un estudio del organismo que,
lo recomendable sería jugar el Clásico sin hinchada visitante para prevenir incidentes.
El estadio de
Emelec fue aprobado por la Comisión de Escenarios de la FEF como apto para
recibir partidos del Campeonato Nacional, pero al no terminar su proceso de
remodelación, se han presentado inconvenientes en compromisos anteriores que ya
citamos. Además, hay material de construcción en los alrededores del escenario
deportivo que podría utilizarse por una u otra hinchada para agredir a la
contraria, por lo que es otro motivo a considerarse de precaución.
Las posturas de
lado y lado son totalmente respetables y más allá de que estoy de acuerdo con la
intención de Neme para asegurar que el partido se juegue en paz, lo
recomendable sería que ambas posiciones busquen ser ecuánimes. Que ambas
busquen las totales garantías para ambas hinchadas. Cevallos se ha mostrado
enérgico, molesto y contrariado con la visión de Emelec, pero no considera que
en estos partidos lo que más se repiten son cánticos, que no apoyan al equipo de
sus amores, sino que están para insultar al adversario cómo si estuvieran librando una
guerra con el otro.
La posición de los
millonarios asegura la integridad de sus hinchas y el descontento de Cevallos
ensalzando a la barra de su equipo, ha provocado la confrontación entre
parciales de Barcelona y Emelec en redes sociales. Una serie de insultos e
invitaciones a futuras peleas se crean entre hinchas de ambos equipos en twitter,
solo por la manera de pensar distinta de otro (entre ambos presidentes), lo que demuestra la inmadurez y poco criterio de respeto a los demás que tienen los
que son parte de las barras organizadas.
Creo que el
reglamento está para cumplirse, pero debe pensarse un poco más que en base a
él, sino en base al bien común, a la seguridad de todos. Se debe agotar el
recurso del diálogo para llegar a un consenso que beneficie a todos y no optar porque cada quién hable buscando su propio bienestar y no el colectivo. Es por ello que se
ha generado tanta discusión y exacerbación de ánimos en este temas extra futbolístico.
La forma de pensar
de Cevallos busca que el fútbol se disfrute en paz con ambas hinchadas, como lo
que debe ser: una fiesta en la que cada quien aliente a su equipo, pero los
antecedentes y argumentos como del Ministro del Interior y en relación al Nuevo Capwell, suman para no dar garantías de que esto realmente se pueda dar.
Se debe
buscar la unidad y creo que lo que todos quieren es que vuelva la familia al fútbol, que retorne al estadio con la tranquilidad de no sentir amenazada su
integridad física, pero en estos tiempos no se lo podría asegurar. En
conclusión, creo que hasta que no haya leyes que castiguen a los vándalos con
medidas severas y que protejan al ciudadano común para no sufrir peligros al
momento de asistir al estadio, se debería mantener la postura de que
no asista la hinchada visitante y así asegurar la tranquilidad de todos.
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