jueves, 22 de septiembre de 2016

BRASIL LE GANÓ FÍSICA Y PSICOLÓGICAMENTE A LA ALTURA DE QUITO



La altitud de Quito fue una de las principales preocupaciones del cuerpo técnico de Brasil que dirigía Tite, ex entrenador campeón de la Copa Libertadores 2012 con el club Corinthians, para visitar a Ecuador el 1 de septiembre pasado por las Eliminatorias Sudamericanas. Esto ya que los organismos no adaptados a la altura y que vienen de ciudades del llano, sufren síntomas perjudiciales y que debilitan al ser fisiológicamente hablando.

La Selección Brasileña de Fútbol llegó cuatro días antes del partido a Quito y realizó tres entrenamientos en la capital: dos en el estadio Casa Blanca de Liga y otro en el estadio Atahualpa, escenario deportivo dónde se disputaría el encuentro. A pesar de que entendidos en la materia de preparación física afirmaban que estar tantos días en Quito iba a ser perjudicial para los auriverdes, esto no fue así ya que golearon 3x0 a la Tricolor e incluso tuvieron mejor respuesta física que Ecuador.

Los verdeamarelas nunca habían podido derrotar por Eliminatorias Sudamericanas a Ecuador, pues de las 4 veces que visitaron la capital, fueron derrotados en dos ocasiones y empataron en otro par también. Pero según se pudo conocer, el técnico Tite, quien asumió en su cargo el 20 de junio anterior en reemplazo de Dunga, histórico jugador de Brasil pero que sucumbió con su selección en la Copa América de Estados Unidos 2016, fue muy cuidadoso de todos los detalles.

Brasil venció a Ecuador pero también a la altura, ya que no sufrió los estragos de los 2850 metros sobre el nivel del mar que complican a todo equipo del llano. Dúffer Alman, reconocido preparador físico ecuatoriano, manifestó una tesis acerca de los efectos que el jugador recibe al subir a la altura. "Lo ideal para jugar en la altura es llegar el mismo día pues al llegar tres o cuatro días antes, el organismo tiene efectos negativos por la hiperventilación pulmonar. También otros problemas como menor capacidad para la respiración, no poder dormir en las noches, gástricos", contó Alman.

El empeoramiento del ser humano en su condición fisiológica se presenta por un cúmulo de factores como son: descenso en la temperatura, gravedad y humedad, mayor cantidad de latidos cardíacos, aumento en la radiación solar y mayor distancia que recorrer por el futbolista al momento de realizar desplazamientos. Bosco Mendoza, ex jefe del cuerpo médico de Barcelona, dio su explicación específica acerca de las complicaciones del futbolista no adaptado a la altura. "Se dan inconvenientes como dolor de cabeza, náuseas, mareos, insomnio entre el tercer y cuarto día de estar en Quito. El gasto cardíaco empieza a disminuir después de los cinco días", destacó Mendoza.

Pero Tite acertó en sus decisiones. El entrenador pidió al cuerpo de logística de la Federación Brasileña de Fútbol que tengan listas 100 botellas de agua por cada día que estuviesen en Quito, además de un desfibrilador (aparato para la reanimación cardíaca, mediante choques eléctricos) y dos tanques de oxígeno. Estos implementos fueron movilizados en cajas metálicas por el cuerpo de utilería. Además Tite sugirió "contar con medicamentos para regular la presión sanguínea de sus jugadores, a fin de evitar quebrantos en su salud".

Aunque el preparador físico de Brasil, Fabio Mahseredjian, había reconocido y compartido las teorías de Alman y Mendoza, que llegar con tres o cuatro días de anticipación a Quito podría causar estragos en los jugadores, siguió la decisión de Tite "para que sus dirigidos se adapten a la velocidad del balón en la altura". La determinación fue tomada totalmente desde el punto de vista deportivo. “Llegaremos directo a Quito para que el atleta se adapte rápidamente a la velocidad del balón a pesar de que lo más aconsejable sería quedarnos en Guayaquil y llegar a Quito para la hora del juego con Ecuador”, dijo Mahseredjian al canal oficial de Youtube de la Confederación Brasileña de Fútbol.

Ya con el resultado conocido por todos y la goleada 3x0 que le propinó Brasil a Ecuador con goles de Neymar de penal, autogol de Walter Ayoví y otra conquista de Gabriel Jesús, quedó confirmado que lo físico estuvo acompañado del planteamiento del entrenador para que los auriverdes terminen con buena resistencia el cotejo y superen a un rival, que parecía invencible en su reducto. Debe ser distinta la planificación de un equipo para un partido que se juega en altura, que para otro que se lo hace en el llano y eso es lo que cumplió Brasil. No se puede jugar con la misma intensidad, se procura trabajar mucho en el campo para que el futbolista sepa manejar sus esfuerzos y regular las energías a emplear.

"Hay que tomar en cuenta tener mucho diálogo con el cuerpo médico de cada equipo o en este caso de las selecciones, y que se les haga exámenes a los jugadores para trabajar con ellos desde lo psicológico y también desde la experiencia: desde cómo reacciona cada organismo al subir a la altura y estar preparados para todo", opinó Ignacio Berriel, preparador físico de Emelec.

"Al llegar con días de anticipación a Quito, seguro se ayudó al jugador no entrenando con cargas altas de trabajo y al momento de jugar, se planteó hacer esfuerzos cortos y no correr más de la cuenta. Economizar los esfuerzos para que el jugador se sienta mejor psicológica y físicamente" agregó Alman. Hubo acierto desde lo deportivo, de igual manera desde lo fisiológico en el justificado logro de la Selección Brasileña, pero también influyó la parte psicológica. "Hay mucha leyenda y mucha excusa sobre el tema de la altura. Hay gente que cree que por jugar en la altura se va a morir y no es así", le dijo a la cadena BBC Mundo el ex seleccionador de Bolivia y Chile, Xabier Azkargorta en una entrevista en junio del 2015.

El médico deportólogo Guillermo Aponte, del club Bolívar de La Paz, se refirió a la necesidad de superar el temor a la altura que tienen muchos equipos y selecciones, para lograr un mejor rendimiento del futbolista. "Hay países donde el tema de la altura está muy metido psicológicamente y los jugadores vienen con mucho miedo, se predisponen a agitarse mucho más, a tener frecuencias cardiacas más altas y mayor estrés previo. No existe ningún riesgo vital al actuar en altura, de lo que se trata es de explotar este tema psicológico. Hay que prepararse mejor para el juego", sostuvo Aponte en entrevista a BBC Mundo en 2015.

Al consultar a César Benalcázar, ex preparador físico de Barcelona, Emelec y El Nacional, entre otros equipos del país, informó que la adaptación a la altura depende de cada organismo. Benalcázar dijo que en este caso la fórmula le resultó exitosa a Brasil, pero que el periodo de adaptación a la altura, según un estudio realizado por él de acuerdo a los deportistas con los que trabajó, varía entre: de 21 días a un mes en unos casos, de uno a tres meses en otros, y también existe un plazo más largo que es de cuatro a seis meses.

Lo recomendable es conocer todos los efectos que la altura puede tener en el jugador, que varían de acuerdo al organismo y metabolismo de cada quién, y tratar de que estos afecten lo menos posible al jugador. Esto permitirá una mejor predisposición y acoplamiento desde lo psicológico y rendimiento deportivo del futbolista en cancha.

Según apreciación del Dr. Juan Carlos Mazza, médico especialista en Medicina del Deporte del Colegio de Médicos de Rosario, Argentina, a nivel del mar, la presión barométrica (de oxígeno en el ambiente) es de 760 mm. de mercurio, pero en la altura disminuye a 490 mm. Esto determina que los jugadores de fútbol, al comenzar el partido en altura, tienen una pérdida del 25 al 34 % de su capacidad aeróbica. 
Más del 70 % de la energía en los 90 minutos de un partido proviene de la capacidad de absorber oxígeno (aeróbica). Es por ello que en la altura, la capacidad aeróbica al ser menor, hace que el desgaste en un remate, salto y pase, sea mayor; a nivel del mar se juega con una fatiga leve al momento de realizar esfuerzos.

Además, si a nivel del mar, normalmente un jugador presenta 60 ml/min de esfuerzo/kg de peso, en altura esa medida se reduce a 42-45 ml/min de esfuerzo/kg de peso, por lo que tendrá desplazamientos más lentos en cancha y: pérdida de potencia, velocidad, reacción y recuperación y contará con mayor pesadez muscular. Estos factores son los que hay que considerar y que hacen que, junto a los síntomas que decían Mendoza y Alman, el futbolista pierda coordinación, precisión en los pases por menos peso del balón y obnubilación (pérdida de entendimiento y capacidad de razonar) leve a moderada.

Para un jugador estar apto a jugar en ciudades de altura, deben juntarse algunos factores que hemos citado, al explicar la decisión del conjunto brasileño. El futbolista debe estar muy bien preparado físicamente y tener una buena estrategia del entrenador en cancha que permita una dosificación energética, ya que en la altura el desgaste es mayor al correr por un balón. Además, es conveniente un periodo de adaptación a la ciudad de altura en que se va a actuar, para que el jugador sepa regular sus esfuerzos. De igual manera, el cuerpo de entrenadores debe manejar la intensidad de los entrenamientos y someter a los futbolistas a pruebas de sangre y exámenes, para ver cuán proclives pueden ser a los efectos de la altitud y así pensar trabajos específicos y saber cómo contrarrestar los síntomas.

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