Luego de hacer un análisis de los equipos de
Guayaquil, Barcelona y Emelec, partido a partido y fecha a fecha a lo largo del
Campeonato Ecuatoriano de Fútbol esta temporada, sacaremos conclusiones finales al año
deportivo de estos clubes.
EMELEC
Por Emelec, consolidó un buen año a nivel
general con un tricampeonato logrado, el primero para un club guayaquileño y el
segundo en Ecuador después de El Nacional hace 31 años. Un título más llegó
para sus vitrinas en algo que no es fácil de conseguir, por las 44 fechas
regulares del torneo y por la doble competencia que cada año tiene que afrontar
(Copa Libertadores y Sudamericana). Los torneos internacionales sobrecargaron
de partidos a los azules pero eso los volvió más fuertes y resistentes a las
distintas adversidades que se le presentaron.
El ballet arrancó el torneo con normalidad,
con un equipo ensamblado y que venía de ser bicampeón, jugando de memoria desde
el año 2014 y manteniendo a Gustavo Quinteros como DT y su cuerpo técnico para
realizar las ya acostumbradas pretemporadas en Argentina. Culminada la misma,
Quinteros anunció su renuncia y fue a dirigir a Ecuador, por lo que el equipo
que sumaba puntos de local como de visitante empezó a tambalear con la llegada
de Omar De Felippe y su proceso de adaptación a los jugadores.
En la primera etapa y también en la segunda,
Emelec pudo ganar partidos como local en los que pasó a ser muy cauteloso, de
mucha posesión de balón y menor vocación ofensiva que con su entrenador anterior.
Errores infantiles del rival y la intervención de las individualidades que
disponen los eléctricos por encima del fútbol colectivo hacían que salgan
avante de sus encuentros. A los futbolistas les costó cumplir a cabalidad con
una propuesta más conservadora y en momentos de conseguir resultados, Miller
Bolaños, Ángel Mena, Robert Burbano, Marcos Mondaini anotaron goles y Emelec
ganó.
Poco a poco y ya para la parte final del
torneo, la idea se consolidó y fue una mezcla de la base de Quinteros con su
estilo de fútbol, la que culminó por plasmar en el campo De Felippe: Se
solidificó en defensa el cuadro eléctrico y en ataque, se le criticó por no
generar tantas situaciones de gol como en 2013-2014 pero corrigió esa
situación. Contra los rivales de media tabla para abajo fue superior
indiscutiblemente mientras ante los directos, tuvo problemas frente a Liga e
Independiente en el factor de las pelotas detenidas que le hicieron mucho daño
en tanto que si venció a Barcelona y U. Católica.
Los inicios de las etapas fueron difíciles
para De Felippe y los suyos pues el equipo era errático y mostró su más bajo
rendimiento en tanto que los finales fueron muy buenos, repuntando y
sobrellevando una seguidilla de compromisos importante (jugar cada tres días en
dos semanas) y ganando la mayor parte de los puntos en disputa. En la primera
estuvo a dos puntos del líder Liga y la segunda la logró ganar, para forzar las
finales del torneo. En la apasionante segunda fase del certamen, todos los
adversarios y el propio Emelec perdieron cotejos contra equipos como Aucas,
Mushuc Runa y Liga de Loja, unidades que no tenían en el presupuesto perder y
la etapa estuvo para cualquiera, finalmente fue para Emelec.
En las finales, De Felippe y los futbolistas
estudiaron mucho a su rival Liga de Quito, que era un equipo correcto y letal
para defenderse y contragolpear para conseguir sus victorias. Emelec no fue tan
ofensivo sino cauto como era Liga y le hizo tres goles en un 100 por ciento de
eficacia en opciones de gol. Luego, Liga tuvo que salir a proponer juego
asociado y no acostumbrado a ello en todo el 2015, peor podría hacerlo ahora.
Emelec fue tricampeón finalmente, equipo de
mucho corazón, solidario, comprometido con sus objetivos y solidario. Si bien
es cierto, quedaron debiendo los extranjeros como Herrera y Rolón, Mondaini y
Giménez si fueron aporte y la gran base de futbolistas nacionales sacaron la
cara como en años pasados para ser el puntal del equipo en la consecución de un
nuevo torneo. Como condiciones adicionales que vencieron los emelecistas, están
los fallos arbitrales y cambiar de cancha cada dos fines de semana pues el
estadio Capwell estuvo en remodelación, de menor consideración que las citadas
antes pero de las que el grupo tuvo que levantarse en lo anímico y emocional
para seguir siendo el mejor de Ecuador.
BARCELONA
En Barcelona, fue un año muy irregular, en el
que, tanto en la primera etapa culminando a 15 puntos del líder Liga de Quito
como en la segunda terminando a 19 unidades del puntero Emelec, se despidió
tempraneramente de los torneos por los que peleó. En la línea anterior citamos
la problemática acontecida en el Campeonato Ecuatoriano pero esto mismo le pasó
en la Copa Libertadores del primer semestre, en la que perdió sus tres partidos
como local, algo que nunca le pasó a los amarillos en su historia y apenas sumó
cuatro puntos; la sumatoria de unidades en esta parte del torneo no le permitió
jugar la Copa Sudamericana de este año.
El problema principal en el primer semestre
del 2015 fue mantener como técnico a Rubén Israel, técnico paraguayo al que le
acompañaron los resultados para llegar a una final de campeonato en 2014 contra
Emelec, que luego perdería, pero al que nunca le gustó cambiar su idea de
juego. Solo conocía de la fase defensiva del fútbol y el juego de conjunto del
equipo quedaba supeditado a los goles de Ismael Blanco, las pelotas paradas que
ejecutara de buena forma Brahian Alemán y los pases que este le enviara a su
centro delantero, y algún desborde de Tito Valencia o Ely Esterilla.
Después, todo el rendimiento en cancha se
resumía en lanzar pelotazos y usar más fuerza que técnica en el juego. Podría
ganar partidos como en efecto lo hizo pero eran la minoría y se daban fruto de
las individualidades, todo por virtud y habilidad de sus dirigidos. Aun ganando
quedaban dudas porque la defensa nunca estuvo segura y le convertían goles pues
lucía desordenada cuando la atacaban de contragolpe y no eran muchas veces que
la atacaban. Las victorias fueron esporádicas pero la realidad estaba en quedar
sin chances de pelear el campeonato a corto tiempo de empezarlo a jugar.
Los refuerzos, como es costumbre cada año,
que llegaron al conjunto canario no estuvieron a la altura de un equipo grande.
Luis Checa, Valencia, Henry Patta, Armando Wila, Marlon de Jesús, Andrés Lamas,
Alejandro Frezzotti, Hamilton Pereira aunque todos actuaron y tuvieron sus
oportunidades fueron más suplentes que titulares, hablando desde el punto de
vista que llegaron para completar nómina más que para ser real aporte y
conducir al equipo a los primeros lugares.
Con la llegada del DT uruguayo
Guillermo Almada, las cosas no variaron mucho pero rescató a Edison Vega y al
propio Valencia y sumó a Erick Castillo, de las contrataciones que resultaron
útiles en la segunda mitad del año y que enderezaron el barco para que logre
clasificarse a la Copa Sudamericana 2016. Almada recompuso en algo el caos, dio
orden, poco juego asociado pero un equipo que ya no jugó tanto al pelotazo sino
que pensó en tratar mejor la pelota y tuvo paciencia para intentar generar
acciones de gol.
Las lesiones persiguieron a los barcelonistas
durante toda la temporada, eso afectó al numeroso plantel que tenía Barcelona a
inicios de año con las dolencias de José Perlaza, Pedro Velasco, Luis Checa,
Flavio Caicedo, Matías Oyola, el propio Esterilla, quienes se perdieron gran
parte del año por este motivo. Hasta el mismo Blanco tuvo bajo nivel en la
segunda etapa y surgió Hernán Lino, delantero sub 17, que más allá de la regla
del juvenil en cancha se destacó y se ganó un puesto de titular por su
solidaridad, lucha y ganas de defender a su camiseta.
Otro inconveniente fue la parte económica,
pues la pasada dirigencia de los hermanos Antonio y Luis Noboa acumuló gastos y
haberes que incrementaron las demandas de ex jugadores contra el elenco torero
y así el déficit de Barcelona. Esto hacía que los futbolistas no entrenen en
algunos partidos y en otros, no estén al máximo de sus condiciones tanto
deportiva como anímicamente porque les adeudaban de tres a cuatro meses de
sueldo. A partir de la llegada de José Cevallos como presidente, el equipo se
sintió más motivado porque los nuevos directivos comenzaron a pagar deudas en
un crítico presente de Barcelona queriendo un equipo torero mejor en 2016 y que
como lo han dicho "Vuelva el Coloso de América".
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