INDEPENDIENTE SANTA FE 1 EMELEC 0
Fue
un premio a la constancia. Wilson Morelo, el goleador de Santa Fe en la Liga y
en la Copa Suramericana, venía con el peso de haber fallado dos penaltis, uno
en el partido de ida contra Emelec y otro, anoche mismo. El primer tiempo se
acababa y la preocupación que había en la cancha subía a las tribunas, donde
13.890 santafereños vivían una escena familiar: sufrían. Pero Morelo se encargó de
cambiar esa historia.
Leyvin Balanta, el tercer ensayo del técnico Gerardo
Pelusso para cubrir la larga ausencia de Dairon Mosquera, después de que no
obtuvo resultados satisfactorios con Harold Cummings ni con Ricardo Villarraga,
mandó un centro al área. Y ahí apareció la cabeza del monteriano para
desenredar este partido y la serie de octavos de final de la Copa.
La pelota se metió con fuerza
al arco norte de El Campín y Morelo mostró quién era, para él, el causante de
todo: “No soy yo, es la gracia de Dios en mí”, rezaba la camiseta blanca que
tenía debajo de la roja. Adiós, Emelec: ese gol metió a Santa Fe a los cuartos
de final de la Copa Suramericana, gracias a eso y al gol que consiguió como
visitante en Manta.
Para llegar a la alegría que
estalló una hora y tres minutos después del gol de Morelo, Santa Fe, fiel a su
historia, tuvo que sufrir. Porque Emelec lo atacó, porque Robinson Zapata, el
portero que reemplazó este martes a Leandro Castellanos, tuvo que volar varias
veces para evitar que la pelota entrara a su arco. Y también porque tuvo
opciones para que el sufrimiento no fuera tan grande, pero las desperdició...
La más clara para
Independiente Santa Fe fue a los 21 minutos, luego de que el zaguero visitante
Fernando Pinillos se llevara por delante a Morelo. El atacante, que venía de
fallar hace ocho días, tuvo la personalidad de volver a pedir que lo dejaran
cobrar a él. En Manta la tiró a la izquierda del portero Esteban Dreer, que
allá llegó. En El Campín cambió de lado, le pegó con ganas, pero le faltó
ubicación. Y Dreer lo volvió a tapar. No es casualidad: era la tercera pena
máxima que detenía: en segunda fase, contra Juventud de las Piedras, le atajó a
Maximiliano Lemos.
El gol, terminando el primer
tiempo (como el de Juan Daniel Roa en Manta), era para que Santa Fe tuviera un
poco más de tranquilidad y manejara la ventaja. Pero el segundo tiempo resultó
ser una copia de lo que sucedió hace ocho días en Ecuador, porque Emelec se fue
con todo, Santa Fe retrocedió líneas y el partido era para cualquiera: los
visitantes atacaban, los locales jugaban al contragolpe.
Pelusso quiso que el equipo
recuperara la pelota y para eso mandó a la cancha, después de un mes de
ausencia, al argentino Omar Pérez, quien pisó el campo en medio de una ovación.
Pero ni así cambió el libreto. Por fortuna para Santa Fe, el guion de los
últimos diez minutos fue otro: muchos, muchísimos sustos, pero la pelota no
entró. El corazón cardenal se puso a prueba en el tiempo de reposición: falta
de Villarraga, centro, cabezazo de Pinillos, rechazo de Miguel Borja en la
raya, otro centro, otro cabezazo, balón que se desvió por milímetros. ¡Uf!
11 de Santa Fe: Zapata; Otálvaro,
Cummings, Meza, Balanta; Roa, Salazar, Gordillo, Seijas (Villarraga); Morelo
(Borja), Quiñones (Pérez).
11 de Emelec: Dreer; Narváez
(De la Cruz), Guagua, Pinillo, Óscar Bagui; Quiñónez, Lastra (Gaibor), Giménez
(Rolón), Burbano; Mena, Bolaños.
(Diario El Tiempo de Bogotá)
No hay comentarios:
Publicar un comentario