domingo, 14 de septiembre de 2014

ANÁLISIS CLÁSICO DEL ASTILLERO 2014 2DA ETAPA FECHA 6


El Clásico del Astillero de esta tarde en el Monumental se lo llevó Barcelona, con justicia estrictamente por lo visto en el campo de juego y sin entrar en el campo de los merecimientos, en el que Emelec mereció algo más en el primer tiempo. El partido tuvo un dominio repartido entre la fase inicial para Emelec y la segunda para Barcelona: ambos tuvieron más tiempo la pelota y fueron los dueños de las llegadas; la diferencia estuvo en que en su momento, Barcelona fue más profundo para culminar sus acciones.

En el primer tiempo y por 35 minutos, Emelec fue el amplio dominador de la pelota y de las jugadas. Tras siete minutos que transcurrieron con golpes en la nariz para Cristian Suárez y otro muscular de Mario Martínez para los amarillos, los azules se dieron cuenta de lo perdido del partido que estaba Barcelona tras la presión y buen toque que estaban teniendo. El duelo era ganado en el mediocampo por Emelec, que tuvo a un local lento, errático en los pases y sin encontrar la velocidad y precisión de sus últimos encuentros. En contrapartida, la línea de volantes conformada por Robert Burbano, Pedro Quiñónez, Osbaldo Lastra y Fernando Giménez realizaba asociaciones fluidas, recuperaba rápido el esférico y poco a poco, se aproximaba con peligro.

Llegó un cabezazo de Giménez a los 22 minutos que se fue por arriba del arco de Máximo Banguera, una gran jugada colectiva que Miller Bolaños no supo conectar bien, un remate de media distancia de Pedro Quiñónez y un par de acciones: una de Escalada y otra de Burbano, en las que decidieron mal en el último cuarto de cancha. Los eléctricos estuvieron apurados para concretar las incursiones que, por sorpresa y aprovechando el desconcierto de locales, tenían a la portería de Barcelona. Los lapsos finales del 1T fueron más equilibrados, siendo Emelec el de la propuesta siempre pero Barcelona ya no tan asediado e incluso encontrando una llegada de gol por intermedio de Suárez.

Para el segundo tiempo los roles se invirtieron: la incertidumbre tuvo espacio en Emelec, que fue un equipo inconexo desde no poder mantener el control del compromiso, mientras Barcelona pasó a tener la pelota y a ser el equipo de las llegadas. Por ello se dice que este partido fue de momentos, ya que la claridad para concretar sus ataques no estuvo en Emelec en 1T pero sí en Barcelona en 2T y hay una razón: la manera de defender. Barcelona resistió los atropellados embates de Emelec porque dentro de sus errores era compacto en la zaga, en tanto que Emelec no hizo lo mismo porque fue un cuadro partido y su zona posterior estuvo desprotegida.

En la segunda mitad del choque clásico, el conjunto millonario se vio mermado en la parte física producto del desgaste del primer tiempo, sus jugadores de ofensiva enviaban pases desmedidos y no fueron solidarios para apoyar a sus defensores. Así, Barcelona arribó constantemente a la portería que defendía Esteban Dreer para hacerlo figura: con remates y centros de Suárez, con desequilibrio de Cristian Penilla y con desbordes de Nazareno principalmente. Nazareno y Penilla superaron a Narváez de Emelec porque había ingresado Ángel Mena por Burbano, pero Mena nunca fue aporte ni en ataque ni defensa.

El gol de los toreros se veía venir desde los 60 minutos y llegó a los 75 con el argentino Ismael Blanco, que sumó su cuarto gol con la camiseta del Ídolo. Circunstancias que se dieron en el transcurso del juego, como el cambio de Miller Bolaños por no tener camiseta de recambio para usar (intercambió una con su hermano Álex) y la lesión de Pedro Quiñónez que lo obligó a ser sustituido, se sumaron a un Emelec que entró al 2T con el chip cambiado o ya quemado. Sobre el final, Barcelona cedió terreno y algunos tiros libres de riesgo que no pusieron en peligro su triunfo ya que persistió la inoperancia de los emelecistas.

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